bienvenida

¡Hola a todos!

Quiero darles la bienvenida a mi blog espero que les guste. Mi nombre es david tengo mucho que decir y poco tiempo para hacerlo, tanto que hechar afuera. Inspiración puede sobrar aveces, la imaginación es una herramienta fundamental y las palabras fluyen como un rio...

Cuantos temores no escondo, y cuantos más se alejan, mi mente es paresida a lo que se vive un dia de noviembre, mis ojos reflejan la luz de las blancas velas...sollozos, oraciones; mis labios nunca se abrirán para proclamar esas palabras. Deseos abundantes, corazón duro, virilidad débil. La suerte para mi no lo es todo, ni el dinero, ni el amor, ni la vida...ni nada.

Yace mi cuerpo inerte bajo el manto de un desierto suspiro inevitable, la luna se acerca para hablarme al oído, el sol se aleja para premiarme con la oscuridad. Y los colores penetrantes, como los que se ven un dia de noviembre. Ojos secos, arboles brillantes...viceversa.

Temores vanos, voces lúgubres, intentos inocentes; dicen que al final del camino está la luz.

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sábado, 2 de octubre de 2010

Amor pasajero



Era realmente bella, más que todas las chicas que viajaban en el vagón, era tan hermosa que no podia despegar mi vista de ella. Subió en Pantitlan, y me la pasé mirandola hasta llegar a Consulado, estaba sola, entre toda esa inútil muchedumbre que en ocaciones me estorbaba para seguirla mirando. Su rostro era muy fino, tez blanca, cabello largo y castaño, ojos claros, labios pequeños y rosados (rosados por otros labios me parese), mejillas ruborizadas por el calor corparal que se provoca cuando la gente se amontona en el pasillo. Ya estabamos en Valle Gómez, y yo estaba seguro de que bajaría en La Raza, así que no lo pensé más y nadé entre la gente para llegar a ella, y justo cuando más me acerqué, se alejó para comprarle una alegría a un vendedor, y seguí nadando, un vendedor de cumbias me bloqueó el paso, comenzaba a desesperarme, !ya no podia resistilo más! ¡tenia que saber su nombre! Ya estabamos en Misterios, y ella tranquilamente comía su alegría cuando al fin pude llegar hasta ella, era más hermosa de cerca. La miré, me miró...fué un eterno y dulce instante el que viví en tan sólo ese segundo. -¿Puedo saber tu nombre?-le dije con la voz entrecortada, el vagón se detuvo, - Miriam- dijo en el mismo instante que la puerta se abrió, salió, sacudió la mano sonriendome en forma de despedida, la puerta se cerró y nunca, nunca más la volví a ver. Hay veces en que sueño que vuelve a entrar a ese vagón donde nos conocimos, o que la encuentro de pronto al pasar por la calle, pero no he tenido la suficiente suerte...al fin, sólo fué un amor pasajero.

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