bienvenida

¡Hola a todos!

Quiero darles la bienvenida a mi blog espero que les guste. Mi nombre es david tengo mucho que decir y poco tiempo para hacerlo, tanto que hechar afuera. Inspiración puede sobrar aveces, la imaginación es una herramienta fundamental y las palabras fluyen como un rio...

Cuantos temores no escondo, y cuantos más se alejan, mi mente es paresida a lo que se vive un dia de noviembre, mis ojos reflejan la luz de las blancas velas...sollozos, oraciones; mis labios nunca se abrirán para proclamar esas palabras. Deseos abundantes, corazón duro, virilidad débil. La suerte para mi no lo es todo, ni el dinero, ni el amor, ni la vida...ni nada.

Yace mi cuerpo inerte bajo el manto de un desierto suspiro inevitable, la luna se acerca para hablarme al oído, el sol se aleja para premiarme con la oscuridad. Y los colores penetrantes, como los que se ven un dia de noviembre. Ojos secos, arboles brillantes...viceversa.

Temores vanos, voces lúgubres, intentos inocentes; dicen que al final del camino está la luz.

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sábado, 12 de noviembre de 2011

Deseos de helada Luna



Yo no hacía más que tropezar, miraba y miraba para no caer.
No sabía con qué comenzar, pensaba solo en el anochecer,
en la pálida Luna que me abrigaba en este cielo taciturno,
en algún lejano placer que me consumiría en este frenesí nocturno:

Era la velada estelar, donde millones de sueños aterrizaban frente a mi ojo izquierdo, por que el derecho enseguecidode navegar, no lograba ver más allá de mi nariz de palo; y esa exquisita ráfaga de suspiros no podía ser bien vista.

Sólo era cuestión de caminar un poco más hacia el frente para verla partir...fué en octubre bajo la Luna donde su silueta mentirosa no hacía más que difuminarse con la noche, tan fría que terminó embriagandome por completo. Mi cuerpo se caía a pedazos, yo no hice más que sostener fuerte mis brazos contra su cuerpo, débil, paralizado, envuelto de promesas.

Eramos la noche y yo y una ilusión, a la que he acudido otra vez como un loco

viernes, 11 de noviembre de 2011

Condena de soledad


Antes:

Una flor.
La miro todos los días,
antes de caer la noche;
y no puedo tomarla.
Son complicadas las flores.
Son húmedas y tibias.
¿Es especial mirar la Luna, juntos?
...¿Por qué no quiere salir a jugar?
Prometo hacer feliz a esa flor,
si ella permite que la haga feliz.
Quiero mirarla de cerca y
conocer la textura de sus pétalos.



Después:


Rechazo, humillación...
Flores marchitas, campos frustrados.
Y allá, al fondo de una sombra,
lejos de la Luna, lejos del Sol,
perdido en un cielo sin estrellas.
No hay lugar para mí, en la mente
de una flor...

domingo, 6 de noviembre de 2011

El borracho


Tengo que hacer una confesión: Estoy ebrio, esta noche me he embriagado, me he embriagado con los más pestilentes licores y con otros de los más dulces vinos.

Ya bien entrada la noche y despues de un cigarrillo le dí el primer trago a la botella de exquisita melancolía, cerca de la madrugada ya comenzaba a apestar a tristeza, y entre tantas cosas decidí hundirme en el licor.

Comensé a embriagarme de dolor y de nostalgia, pronto le dí tres tragos a la soledad -que es de esos licores fuertes- pero en un rato, ya ebrio de desesperanza decidí embriagarme de poesía. De los vinos más dulces siempre es y será la poesía.

Y estoy ebrio y apesto a melancolía pero voy a seguir tomando. Esta noche voy a beber llanto, porque dicen que tomando se olvida, se olvidan las penas y se olvida la vida.

Entre otras cosas estoy borracho, no sólo desoledad y no sólo de poesía. Me embriagué con el licor más pestilente, más ruin. Me embriagué de amor, me hundí y me perdí en un mar de dolor y de embriaguez.

La resaca no parece muy prometedora.