bienvenida

¡Hola a todos!

Quiero darles la bienvenida a mi blog espero que les guste. Mi nombre es david tengo mucho que decir y poco tiempo para hacerlo, tanto que hechar afuera. Inspiración puede sobrar aveces, la imaginación es una herramienta fundamental y las palabras fluyen como un rio...

Cuantos temores no escondo, y cuantos más se alejan, mi mente es paresida a lo que se vive un dia de noviembre, mis ojos reflejan la luz de las blancas velas...sollozos, oraciones; mis labios nunca se abrirán para proclamar esas palabras. Deseos abundantes, corazón duro, virilidad débil. La suerte para mi no lo es todo, ni el dinero, ni el amor, ni la vida...ni nada.

Yace mi cuerpo inerte bajo el manto de un desierto suspiro inevitable, la luna se acerca para hablarme al oído, el sol se aleja para premiarme con la oscuridad. Y los colores penetrantes, como los que se ven un dia de noviembre. Ojos secos, arboles brillantes...viceversa.

Temores vanos, voces lúgubres, intentos inocentes; dicen que al final del camino está la luz.

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lunes, 27 de diciembre de 2010

En honor a...


Aucente, cambiante, disperso, triste, arrogante...me encuentran esta tarde, esta lóbrega tarde de invierno marchito, marchito como mi ánimo. He estado aqui mil horas, o más, he manchado el suelo con líquido creciente que cae suave, como una pluma en el viento, como un ave al vuelo, como mi corazón partiendose en dos. Y, al mirar por la ventana buscando un poco más de desgracia; la encuentro, la tarde es tan bella que pareciera que se burla de mi, es tan rosada como el vino que desciende por mi desierta garganta, tan tibia como la lluvía de verano, como la sangre de tu cuerpo. Estoy aqui, aucente, cambiante, disperso y agonizante...en espera de ver como la noche cae al igual que mis animos, al igual que mi cuerpo, ya frío, ya sólo, ya inherte.
Y aquí, tan solo, condenado a la inhumación de mi agotada alma, vierto con palabras mi desesperación, mi tristeza, mi imposibilidad. ¡Que gloriosos días! cuando podía escuchar tu dulce voz sazonando la mañana, y los melancólicos tonos de aquellas teclas que hacían de mí dichoso...(Chopin: Op. 9, No. 2...el nocturno de aquellos tiempos.) Y hoy, que de todo lo que busco nada encuentro, decaego agobiantemente en una misería ruín y solo espero a que la noche caega y consigo mi mente; la que, cuando comienza a pensar en esto, no conoce la palabra final.
Aucente, cambiante, disperso, triste y confundido...a una hermana solo se le ama como tal y si he pecado mucho; ¡He de pecar aún más! ni dios, ni tierra, ni cielo hay para mí, solo inmundicia y desolación tengo, y de eso he de morir. Vagando se me encuentra por las tardes, buscando mas desgracia y encontrandola tras la ventana. Una tarde como esta yo quisiera salir con ella y decir...lo que sea que tenga que decir. -¡Exagerado!-dirán ustedes, más si lo soy; un exagerado. Pero tengo la certeza de que soñar no mata, sino lo que mata son las tristezas.
Esta tarde, espero, termine pronto y asi me libre del tormento, que a mi cuerpo ha destrozado, como un relampago al suelo, como un cristal que ha caído, así mis sentimientos se han roto dejando crueles agonías. Y, así, a oscuras me veo, a oscuras me siento, en la breve soledad de estas sombras que sin dejar indicios me devoran, me manipulan y me hacen suyo; como un títere, como un juguete, como un "nada". Aqui sigo y la tarde no pasa, solamente las horas que en cuanto más transcurren mas desolado me dejan, no dejo de oír ese llanto, ese llanto es el de este piano que no se detiene tocando, tocando una y otra vez en como ve avanzando mi tormento. (Chopin: Op. 64, No. 2...el vals que claramente explica lo que siento.) Entre nota y nota, se me va el aliento, la noche está cerca, cerca de mis pensamientos te encuentras. Dolor, lágrimas y gozos encontrados en este momento. Ya sin luz, ya sin brillo, mis ojos se han cerrado. La noche ha caído.

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