bienvenida

¡Hola a todos!

Quiero darles la bienvenida a mi blog espero que les guste. Mi nombre es david tengo mucho que decir y poco tiempo para hacerlo, tanto que hechar afuera. Inspiración puede sobrar aveces, la imaginación es una herramienta fundamental y las palabras fluyen como un rio...

Cuantos temores no escondo, y cuantos más se alejan, mi mente es paresida a lo que se vive un dia de noviembre, mis ojos reflejan la luz de las blancas velas...sollozos, oraciones; mis labios nunca se abrirán para proclamar esas palabras. Deseos abundantes, corazón duro, virilidad débil. La suerte para mi no lo es todo, ni el dinero, ni el amor, ni la vida...ni nada.

Yace mi cuerpo inerte bajo el manto de un desierto suspiro inevitable, la luna se acerca para hablarme al oído, el sol se aleja para premiarme con la oscuridad. Y los colores penetrantes, como los que se ven un dia de noviembre. Ojos secos, arboles brillantes...viceversa.

Temores vanos, voces lúgubres, intentos inocentes; dicen que al final del camino está la luz.

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miércoles, 26 de octubre de 2011

Remiendos de fraces nunca antes suspiradas


Un mar en la Luna, donde termina el día y comienza la noche.
Cuando la obseción ataca, es preferible comenzar a olvidar...(ignorar).
Todo parece tan dificil y confuso.
¿Un café, señorita?...¿y la compañía?...
Elefantes blancos...con seres andróginos amórfos: el placer transformado en dolor; ampliación al sentido de la perverción.
Pálida Luna, canta canciones de cuna. Resuena el arrullo de cuando el tiempo te enreda.
Uno termina conformandose con la tranquilidad a solas, con las manos y los días, con miradas perdidas, esperando a que vuelva el sueño. Con la cabeza en las nubes.
Me vomito de curiosidad, pero disfruto las mentiras del viento. Camina más de cerca. Quiero llorar. Espoco, es muy poco, y nadie da más, nadie dá para más. Se aleja, se aleja...se va.

Y una vez más en soledad, concluye una seción de locura, bajo el aliento de una noche azul de somnoliento ensueño, se marcha la tristeza...dejando cierta melancolía, pero al suspirar el adiós a tanta marchita lágrima, una sonrisa va creciendo brillantemente en un apagado rostro, la tristeza se aleja pero aún queda en mi cuerpo, el agujero de la tirana soledad.

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