bienvenida

¡Hola a todos!

Quiero darles la bienvenida a mi blog espero que les guste. Mi nombre es david tengo mucho que decir y poco tiempo para hacerlo, tanto que hechar afuera. Inspiración puede sobrar aveces, la imaginación es una herramienta fundamental y las palabras fluyen como un rio...

Cuantos temores no escondo, y cuantos más se alejan, mi mente es paresida a lo que se vive un dia de noviembre, mis ojos reflejan la luz de las blancas velas...sollozos, oraciones; mis labios nunca se abrirán para proclamar esas palabras. Deseos abundantes, corazón duro, virilidad débil. La suerte para mi no lo es todo, ni el dinero, ni el amor, ni la vida...ni nada.

Yace mi cuerpo inerte bajo el manto de un desierto suspiro inevitable, la luna se acerca para hablarme al oído, el sol se aleja para premiarme con la oscuridad. Y los colores penetrantes, como los que se ven un dia de noviembre. Ojos secos, arboles brillantes...viceversa.

Temores vanos, voces lúgubres, intentos inocentes; dicen que al final del camino está la luz.

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sábado, 31 de marzo de 2012

Sueño I

Al parecer era momento de partir; a mi derecha, mi hermano me tomaba por el hombro y me miraba con melancolía, como si nunca fuese a regresar; a mi izquierda, se encontraba mi madre, seria, con gesto amargo de desaprobación. Caminamos hasta donde nos había indicado el ruiseñor, era una alta montaña hecha de rocas anaranjadas, el cielo se encontraba finamente teñido por matices rosas y púrpuras. Al fin llegó aquella dama, cabalgando su enorme ave azul, que en comparación a Ruiseñor su tamaño era exagerado; medía lo que cualquier automóvil. La jinete era una mujer preciosa llamada Luna. Me hizo subir a su ave, me despedí de mi familia, y salimos volando hacia el horizonte. Bajamos en donde comenzaba un espeso bosque y ahí se presentó, tomándome entre sus brazos y besando mis dos mejillas con sus labios de plata. Me dijo que no había por qué esperar demasiado; y al poco rato se hizo presente otra bella dama, que comparada con el fino hebraje de seda blanca y pura que poseía como cabellera Luna, aquella tenía troncos de viejos árboles, pasto y rocas en la cabeza, pero esto no le quitaba lo hermosa; su nombre era Espíritu del Lago. Llegó cabalgando por el bosque con su caballo de mar -que era del tamaño de un caballo normal, no marino-y se reverenció, luego de abrazarme y besar mis dos mejillas con sus húmedos labios. Para comenzar el viaje me hicieron montar una jirafa de esas que tienen cornamenta de alce, y abrimos camino directo al Reino de la Noche, todo esto muy aprisa debido a que no podíamos estar mucho tiempo perdidos en lo Lejano, ya que además de que aquel lugar era peligroso, estar en esas tierras estaba prohibido.

El bosque parecía infinito, pero al fin llegamos, este era un lugar fantástico, las ligeras luces fosforescentes aclaraban débilmente aquellos caminos rocosos, la oscuridad era habitual, el silencio: el idioma mejor conocido. El cielo nocturno coronaba apacibles estrellas en la lejanía, más allá de las montañas y el llano.
Espíritu del Lago me tomó del brazo y me llevó a su hogar de agua cristalina. -Este es el lago del silencio, donde el tiempo musita sus deseos y el agua palpita al compás del viento. Aquí se encuentra dormida nuestra Princesa Niebla, la princesa oscura. La Reina está muy preocupada, y hoy la despertaremos para que vuelva su alma al Reino. -Me dijo gravemente Espíritu del Lago, sin soltar mi brazo y apretándolo más fuerte; Luna se acercó y me sonrió nostálgicamente. Entonces nos sumergimos los tres; por fuera, el lago era bastante hermoso, pero por dentro era más que fantástico. La tenue luz que emitían pequeñas perlas, apenas dejaban apreciar la rosada arena del fondo del lago, fugases estrellas marinas cruzaban con sus finos destellos, un melodioso canto de algas se escuchaba venir del fondo. Y ahí, tras algunas ramas de coral, escondida entre las caracolas, durmiendo estaba la Princesa; con su admirable pálido rostro, sus párpados cerrados que nos ignoraban y su dulce boca entreabierta...ni el ruidoso rumor de las burbujas, ni el canto de las algas la despertaba. Padecía el más profundo de los sueños. -Princesa Niebla, Princesa Niebla...despierte, por favor.- Dijo temerosamente Espíritu del Lago, sacudiendo el cuerpesito de la princesa. Luna se acercó y la sacudió también -Anda, querida, es hora de regresar al palacio con tu madre.
Yo no hacía más que contemplar la inaudita belleza de aquella princesa, de todas las criaturas existentes, parecía la más inocente y frágil, sus trapos negros resaltaban la delicada hermosura y el brillante matiz rojo de sus labios.
Después de unos minutos y varias sacudidas, la Princesa Niebla despertó de su largo sueño y al abrir los ojos, su mirada adormilada, fue a encontrarse con la mía; bostezó ampliamente y al terminar me lanzó una coqueta sonrisa.

Subimos todos a la superficie; la Princesa tomó mi mano, y tomó las manos de Luna y Espíritu del Lago, y entonces volamos, volamos sobre el Reino entero, bajo el manto oscuro del cielo, hasta llegar al Palacio -un castillo inmenso, de altas paredes hechas de bloques de roca, con árboles luminosos en el espeso jardín donde las flores pacíficamente danzan-.
La reina nos recibió gritando y riendo -¡Llegaron! ¡llegaron! ¡Oh, han llegado! -La Princesa oscura dió dos pasos y saltó a su asiento, al lado de su madre -quién ostentaba su prodigiosa corona-. Luna, Espíritu del Lago y yo, nos reverenciamos y luego nos miramos los unos a los otros. Princesa Niebla se levantó y se acercó a mí, de pronto un gran estruendo se escuchó: meteoritos caían del cielo destruyendo medio Reino de la Noche con sus ardientes llamas...Princesa Niebla mis labios besaba.

1 comentario:

  1. que maravilla wooo si que es una pesadilla demasiada interesante

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